6 de junio de 2013

Demonios

La noche se vuelve eterna, tan eterna que creo estar ciego. Solo veo el piloto de la televisión encendido y me indica que aún existe el mundo ahí fuera... Hace poco dejó de sonar la voz que representa la paz tras el teléfono, hace poco que intento dormir.

Parece haber pasado una vida entera pero el reloj solo pasa 1 hora y 44 minutos de la media noche... Atrás dejé su voz y delante los demonios de mi mente se relamen con fuerza. Desde aquí suenan sus cuchillas bajo la cama... Esta noche soy su único plato y además el favorito. Huelo sus jugos gástricos fluir por entre sus gargantas abiertas y sedientas y caer al suelo.

Me arrastran hacia su oscura cueva rodeada de sábanas y almohadas. Me chillan y tambalean; estirones y lenguetazos por toda mi mente. Gritan tan fuerte y lanzan mensajes tan alto que llegan a mis parpados y me obligan a mantenerlos  abiertos. Me indican que hoy será una larga velada y los únicos que disfrutarán serán ellos y nadie más.

Los demonios de la noche se pasean y me muestran como se la llevan entre gritos. Desaparece con lágrimas y pétalos de rosa mal cortados del rosal. Intento gritar pero solo extraigo un hilo de voz de mi garganta. Les suplico que me dejen verla. Solo me otorgan una breve voz que se apaga por momentos hasta que desaparece por completo... Odio a estos malditos demonios, no me dejan dormir, no me dejan vivir, no me dejan en paz. ¡DEJAD DE CHILLAR!

Hablan de mi. Me dicen quien soy y hacen que me duela. Parezco morir entre latidos arrítmicos que bombean la sangre podrida de mi corazón al cerebro. Me siento el cuerpo por dentro estremecer y es horrible. Noto como todo el sistema nervioso, carcomido y putrefacto, intenta reconstruir hechos y dar paz consiguiendo solo que se vuelva una masa gris y sin ninguna forma.

Cuántas habilidades mal llevadas a cabo, cuantos recuerdos borrados, cuánto potencial perdido entre músculos, cuántos años sin saber quien eras realmente... Mirarte ahora en el espejo. Tras él los demonios me animan a que siga despierto. Me chillan - Esta noche tu eres nuestro. Hacía tanto que te echábamos de menos.