21 de diciembre de 2010

A la luna, que tan lejos está...

Meter todo el mundo en una caja de cartón es imposible, allí donde solo cabe nuestro corazón.
Viajar donde solo la brisa eres tu, y el corazón con fuerza late y acompaña cada ritmo del mundo, tic, tac, tic, tac, campanas que suenan en la oscuridad, donde el silencio queda roto por las palabras en el firmamento y el espacio, donde brillan en soledad.

Esperar al atardecer cogidos fuertes de la mano, preguntando cuantas estrellas habrá hoy allí arriba, y como dos niños pequeños, nerviosos , impacientes, volvemos a contar, y contar, noche tras noche, sin que nos preocupe comer, dormir o soñar... ya que el sueño se hizo realidad.

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