Son más inteligentes las piedras,
escuchando y mirando todo a su paso,
dejando que el aire poco a poco erosione sus caras.
Callan y luego , cuando nadie escucha, hablan,
entre ellas, solas y quietas... sueñan con ver más allá,
y no verán más que otras piedras llorar,
quizás solas en el mar.
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