La vida pasa ante tus ojos dando zancadas,
moviéndose despacio, pero sin pararse,
suspiros y más suspiros que muchas veces te hacen retroceder,
y justo cuando piensas que todo termina...
Te das cuenta de que el futuro realmente no está escrito,
te das cuenta que puedes cambiarlo,
y puedes seguir andando,
que puede ser distinto, que puedes caminar sin necesidad de volver la vista atrás.
¿Quien sabe qué vendrá? ¿Qué sucederá?
Es la pregunta que ahora mismo ronda mi cabeza,
que ya harta de recordar y de ver cambiar el nombre del amor que se fue,
que ella está , y mi corazón que tan nervioso está,
sin saber el nombre del amor que ocupará su lugar.
20 de septiembre de 2011
1 de septiembre de 2011
Caída libre.
A Siete mil pies de altura, lanzando mi cuerpo al vacío,
noto como la presión sube y sube en mis pulmones,
despacio... muy despacio...pierdo casi la consciencia,
mi cuerpo deja de responder y el suelo,
más próximo cada vez.
Sigo flotando, y bajo lento...
entre abro los ojos
y miro el cielo...
éste se empieza a enrojecer.
Ahora la gravedad estorba...
necesito parar y escuchar el ruido del silencio,
gozar de su sonrojado color,
pero no dejo de caer... y solo puedo pronunciar... "que bonito atardecer".
El aire atraviesa mis dedos,
pero dispuesto a elevarme lo único que consigo es bajar más rapido,
pero aunque todo suene extraño... no siento miedo.
Bajo más y más rápido esta vez, enamorado de aquella visión,
y debajo de mí ya veo el mar,
saluda oscuro y lúgubre, pero sonriente....
Y en picado mi cuerpo destroza la superficie del mar.
noto como la presión sube y sube en mis pulmones,
despacio... muy despacio...pierdo casi la consciencia,
mi cuerpo deja de responder y el suelo,
más próximo cada vez.
Sigo flotando, y bajo lento...
entre abro los ojos
y miro el cielo...
éste se empieza a enrojecer.
Ahora la gravedad estorba...
necesito parar y escuchar el ruido del silencio,
gozar de su sonrojado color,
pero no dejo de caer... y solo puedo pronunciar... "que bonito atardecer".
El aire atraviesa mis dedos,
pero dispuesto a elevarme lo único que consigo es bajar más rapido,
pero aunque todo suene extraño... no siento miedo.
Bajo más y más rápido esta vez, enamorado de aquella visión,
y debajo de mí ya veo el mar,
saluda oscuro y lúgubre, pero sonriente....
Y en picado mi cuerpo destroza la superficie del mar.
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