3 de agosto de 2015

Blue Moon.

 
La noche más preciosa que jamás se haya podido observar. La luna, radiante, hermosa y a penas unas pocas nubes que la arropan y la acompañan en la noche. Su luz atraviesa mi ventana, iluminándome la cara y dejándome pensar libremente, sin barreras, tal y como a mi me gusta hacer.

La noche más perfecta pone puno y seguido a una historia en Reino Unido. Sin duda, bonita pero corta. Y cuando más empezaba a acostumbrarme, pon tus alas a volar y cambia de lugar. Se quedan atrás cosas que me hicieron cambiar, amistades casi a mitad y otras a punto de empezar y ¿Quién sabe si volverán? Haremos lo posible por que así sea y un "Hey, nos volvemos a encontrar ¿Qué tal te va? ¿Qué tal te fue? ¿Qué tal te irá?".

Esta noche, esa luz ilumina un viaje de regreso con una mochila llena de momentos. Qué bonita noche y así la recordaré, tal y como fue. Con su sabor a Tailandés. Efímera como el conejo blanco al que, sin dudarlo, comencé a seguir sin preguntar dónde demonios irá... ¿Taiwan, Hungría, Canadá, Escocia, Venezuela o mi hogar? ¿Y dónde queda mi hogar?

Ojalá pudierais ver lo que yo veo, sentir lo que yo siento. Esta perfecta noche iluminada, silenciosa tras mi ventana.

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