5 de junio de 2011


Me convertiré en una pieza inalcanzable,
en este puzzle interminable.

Aturdido y sin rumbo fijo,
camino sin mirar atrás.

Costará convencerme,
y costará que me convenzas.

De cada palabra, cada gesto,
se ha ido perdiendo el valor.

Y a cada respiración dada,
las fuerzas disminuyen.

Cien años ya han pasado,
y nada ha cambiado.

Cien años he esperado,
y nadie me ha lo ha demostrado.

Que merezca la pena andar,
caminar, buscar, esperar mil horas frente al mar.

Buscando respuestas,
en el mismo puzzle que no pude completar.

Respuestas que jamás aparecerán,
que ya no existen y no merece la pena volver a buscar.

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