Extiende sus manos y roza,
lo que un día fue cuerpo,
ahora se convierte en rosas.
Entre el daño y mariposas,
confundías la locura,
pero ahora corres una nueva aventura.
Pasos que se borran,
sollozos que despiertan,
aquellos ojos que se cierran.
Los demás aquí seguimos
me digo "despierta"
y mis ojos miran como se abre la puerta.
Dos sogas de tela,
te elevan hasta la esfera,
Dos sogas de tela,
te sumergen en la tierra.
La larga pena de descubrir que siendo el último eslabón de una pasada generación vives condenado a ver pasar el tiempo, escuchar fases y momentos de un lejano pasado donde al parecer "siempre era mejor"... ¿ Cuantas veces más veré cruzar el Aqueronte... ?
Qué más da... algún día yo también conoceré a Caronte.