Profundo en la noche cerrada,
unos ojos que todo lo miran,
pacientes entre la selva observan.
El sonido me absuelve y explica,
noto que todo lo que oigo penetra en mi alma,
y esta se congela por cada palabra.
Por ahora la bestia duerme en silencio, sin despertar,
aun con ilusiones, aun con esperanza,
de que sus ojos vuelvan a brillar.
14 de noviembre de 2011
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