Imágenes en mi mente, descontroladas que hablan y susurran vil mente tantas cosas que mi cabeza es incapaz de asimilar aún, será que nadie se preocupó de mostrarme el camino adecuado para saber a esas voces controlar. Tantas veces he caído en esa misma trampa... tantas veces que hasta he pensado que jamás podría evitar que hablaran llegando a pensar que ya formaban parte de mí, de mis reacciones. Hoy se que no es así, hoy se que no son parte de mi, alguien vino y las inculcó perfectamente, pasaron desapercibidas incluso para mí y ahora me pregunto ¿será demasiado tarde?.
Surgen pensamientos que no me dejan descansar. Resulta imposible concentrarse en nada más mientras algún ente extraño, un miedo pasajero y pretérito que pasa lentamente y en su proceso se dedica a destriparte la cabeza creando imágenes falsas y rebanarte el cerebro con situaciones alteradas sin importarle en absoluto cualquier tipo de reacción orgánica, un maldito ente extraño que ni yo mismo se de dónde viene, ni se qué hace ahí, ni cómo llegó, ya me gustaría saber incluso quién le invitó. Un ente extraño enfrentado a una realidad que a veces se entremezcla con la fantasía y viceversa. Cuesta diferenciar dónde se separa cada cosa. Maldito ente incontrolable, no tienes sentido alguno, no deberías existir, no deberías estar ahí.