5 de marzo de 2013

Calma y no

Los gritos han llegado casi armados por fusiles de asalto, irrumpen entre las gargantas y lanzan con fuerza palabras calientes bajo una mente fría y poco pensativa. Terminada ya toda paciencia y se da paso a la incoherencia, palabras y pensamientos que no llegan a ningún punto. Pensad, ¿De qué sirvió tanta furia?, ¿No necesitamos más que el poder, el amor?.. ya nadie atiende a este tipo de sentimientos, ya nadie escucha lo necesario...

Los ríos callan y las nubes se funden en un calor insoportable sobre el sol. Sol que desaparece con la misma intensidad que una explosión sobre nuestros oídos. Ni la naturaleza humana ni nadie atiende a la paz y a la calma, y mientras nos quedamos aquí de brazos cruzados y nos quemamos entre fuerzas sociales y presiones innecesarias, nuevos problemas se crean en los organismos vivos próximos, ya cuando nadie sabía que hace más bien poco en nuestra historia, no existían esta clase de palabras nuevas, esta clase de sentimientos inutiles.

Nada que no fuera importante en el ayer, creo sinceramente que no es importante para hoy.

Querido silencio, cuanto anhelo esa relajación y a vosotras, caras pasivas... cuanto anhelo volver a veros reír y no sentir que tras un sueño todo acaba. Huir quizás sea la única esperanza, pero... gracias a algo, tiempo, espacio, casualidad, causalidad, recibo una fuerza especial, que me ayuda a sobrevivir a toda esta catarsis.

Escribo con esperanza de que estos momentos de zozobra maternal y material bajo mi techo, aquel techo que me vio nacer, apacigüe su batalla, relaje sus cañones y respire tranquilo de una maldita vez...

No existe noche en mis nuevos días que no cierre los ojos pensando que mañana al despertar, todo retomará la génesis de su rumbo, no existe noche en mis nuevos días que no sueñe con escapar.