Cuentan que por las noches, cerca del lago, una criatura murió en soledad…
su corazón dejó de latir durante horas… nadie jamás la vio y el frío invierno
llegó cubriendo su cuerpo con arena mojada. Cuentan que entre sus dedos,
una caja de música guarda con fuerza.
Las primeras aguas y nieves van cubriendo su tumba lentamente y despiertan
con suavidad a la criatura. Cuentan que su corazón volvió a latir una noche de
invierno, despertó, y el hielo se deshizo por completo… desentumeciendo sus
dedos y suena en la distancia una melodía en el viento y desde lo profundo del
bosque se escucha…
"Cabalga aunque ningún ángel se levante, que mi corazón vuelve a latir, ahora sólo la lluvia llora.
Cabalga siguiendo ésta melodía pues mi corazón vuelve a latir y desde lo profundo del bosque te canto que vuelvas a por mi."
La luna en liderazgo ilumina por completo aquel lago,
se escuchan gritos en la noche y en quietud nada se mueve…
todo perece, tan solo su corazón crece y la lluvia es la única que llora en la tumba.
En su cobijo, bajo la plata luz juega con su caja, gira la manivela dejando sonar
y volviendo a cantar la melodía que el viento vuelve portar…
"Cabalga aunque ningún ángel se levante, que mi corazón vuelve a latir, ahora sólo la lluvia llora.
Cabalga siguiendo ésta melodía pues mi corazón vuelve a latir y desde lo profundo del bosque te canto que vuelvas a por mi."
Cuentan que un día ésta melodía fue escuchada en la distancia,
pues el viento la llevo consigo hasta los confines del mundo…
Cuentan que un jinete de la noche la escuchó y calló rendido ante tan dulce canción,
que un día se prometió encontrarla y hasta que no suceda no descansarán
ni su montura ni su espada….
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